Dejamos atrás un año en el que tuvimos que renunciar a mucho, e incluso a muchos, en el que nos dimos cuenta de que las mínimas cosas importan y de que los pequeños detalles pueden hacer cambiar la vida en un minuto.
Aunque aún quede un largo camino por recorrer, confiamos en que pronto veremos de nuevo dibujada en nuestros labios la sonrisa que reflejan las miradas.